Conversemos sobre agua. Es justo y necesario

Máximo Quitral, Académico

Desde hace varios años se ha producido un intenso debate sobre la situación del agua en Chile, luego de la caótica situación vivida por varias familias chilenas a partir de los repentinos cortes del suministro de que fueron objeto. Paradójicamente este fenómeno no sólo se produjo en la Región Metropolitana, sino que zonas como Charañal o Antofagasta (años atrás) vivieron el mismo proceso a manos de sanitarias privadas, sumándose a graves denuncias de contaminación del vital elemento, como ocurrió en Iquique (2013). Para el caso de la capital, probablemente la situación más delicada estuvo asociada a la construcción de la central hidroeléctrica Alto Maipo, que según sus detractores, podría haber provocado una escasez de tan importante elemento para varias comunas, aún cuando desde Aguas Andinas se manifieste todo lo contrario. Además, el actual Gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, ya presentó un plan de racionamiento de agua para el gran Santiago.

Es por ello que con bastante fuerza se está levantando desde el movimiento social la opción de la renacionalización del agua, en clara oposición al sentido de mercancía que desde los gobiernos de la concertación se le introdujo, aunque esto se haya olvidado. Debemos recordar que este proceso se ejecutó durante los mandatos de los presidentes Eduardo Frei (DC) y  Ricardo Lagos (PPD) bajo la excusa de que harían mejor las cosas. Al parecer, y luego de los últimos acontecimientos relacionados con las sanitarias, no era tal como lo presentaron. No está de más en insistir en que nuestro país ha dejado en manos extranjeras un elemento vital para el ser humano, y que las enormes ganancias que el agua le ha reportado a las transnacionales, servirían perfectamente para dar educación gratuita para todos, aumentar la cantidad y calidad de las viviendas sociales y por cierto, mejorar la salud pública de los vecinos. Pero mientras sigamos viendo al Estado como un impedimento y al mercado como el gran salvador, este y otros temas, seguirán sin resolver.

Personalmente me ha tocado formar parte de un movimiento social en defensa de la única sanitaria municipal que queda en Chile, SMAPA Maipú, y nos parece preocupante que hoy siga aplicándose el proceso de endeudamiento y de desprestigio de la sanitaria para estimular las voces que pidan su privatización. Comparto la preocupación del alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, por el sistema privatista y mercantilista que impera en el agua, pero sería prudente comenzar a desarrollar una gestión eficiente que supere la mala imagen de SMAPA y reducir la percepción negativa que tienen los usuarios de la sanitaria. Ese cambio en la gestión edilicia sería clave para transformar a SMAPA es un modelo de sanitaria eficiente, ya que Chile entero entendería que desde el ámbito público sí se pueden hacer las cosas bien. Es solo voluntad política.

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