De mundiales y el mundial de Qatar

Por: Dylan Dinamarca Pacheco

El mundo ya esta globalizado. Lo que pasa en China puede afectar directamente a nuestro país. Los Derechos Humanos son transversales en todos los continentes del globo. Hay una apertura a la información como nunca antes, lo que permite conocer estilos de vidas en países que antes ni siquiera se sabía que existían. Con esto, también se ha globalizado los imperios, a través de sus bases militares, y comercio banal que se encubre como “diverso”, y que termina siendo todo lo mismo (Netflix es un buen ejemplo, con sus diálogos obvios, con sus mismas escenas e iluminaciones).

El futbol es algo que siempre ha abierto a la mirada internacional; los delincuentes de la FIFA se han encargado de tener en sus garras este deporte. Cada cuatro años, los mejores países en futbol juegan un mundial, en donde (con su carga patriarcal) compiten para ver quien es el mejor, y poder jactarse de ello. Latinoamérica siempre a destacado en esto, Brasil con Pele, Argentina, Uruguay, en fin. Diego Maradona, jugador argentino, fue quien se levando contra los estados unidos cuando quiso poner bases militares en Latinoamérica, además de decirles a la FIFA lo ladrones y mafiosos que eran; ganándose todo tipo de denostaciones y acusaciones posibles.

Se dice que el futbol es el opio del pueblo, el que mantiene distraído a los países de sus diversos problemas estructurales; por ende, siempre se ha tendido a no juntar el futbol con política. Pero ¿Esto es posible? ¿El futbol no se debería relacionar con temas políticos? El mundial que se esta jugando actualmente en las tierras de Qatar, hace muy difícil pensar estas dos cosas por separado.

Qatar es un país de oligarcas, en donde se explotan grandes cantidades de petróleo. Es un país en donde todavía existen reyes que tienen prácticamente controlado todo el poder estatal; no existe separación entre el ejecutivo y el legislativo, y el sistema judicial esta claramente corrompido por el poder monárquico. Además, es un estado islámico, por lo que tienen férreas leyes ortodoxas, como la tutela del hombre, la cual no permite a las mujeres hacer nada si no es con la autorización del patriarca, siendo víctimas de una opresión y cosificación tremenda, casi inimaginable en nuestro continente.

Uno de los puntos que destaco en este mundial fue la clara intolerancia ante la homosexualidad. Fue tanto así, que muchos artistas como Shakira, Dua Lipa, o el youtuber Ibai Llanos no fueron a este país. No se permitió ninguna alusión a los movimientos LGTBI+, y las leyes dentro del país llegan hasta la pena de muerte para personas que exhiban sus orientaciones sexuales fuera de la norma. Fue tanta estupidez y la intolerancia, que la policía de la moral retuvo y amenazo a unos hinchas brasileños por llevar una bandera de su localidad que tenia un arcoíris, la cual tiraron al suelo y la pisaron; para después retener el celular de la persona, instigando a que borraran el video de lo ocurrido.

Otro tema gravísimo, es el sistema laboral que tiene en Qatar, específicamente con la gente migrante. Para hacer los lujosos y opulentos estadios en que se esta jugando, por lo bajo, muriendo 6500 persona, ya que las cifras vienen de los países de origen de los trabajadores, debido a la indolencia de este país, que no se ha dedicado a hacer ningún esfuerzo serio para aclarar esta situación -al día de hoy, la FIFA reconoce solo una muerte-. Los trabajadores migrantes sufren un tipo de esclavitud moderna. Para entrar al país, las empresas les prometen mejores condiciones de vida, junto a buenos sueldos; sin embargo, terminan reteniéndoles la visa, sin posibilidad de irse; se demoran hasta cinco meses en pagarle, o derechamente no les pagan; no les permite sindicalizarse ni luchar por sus derechos laborales; y para que hablar de los tratos vejatorios y condiciones indignas que sufren, desembocando hasta en la muerte de estos trabajadores. Y si esto ya es infrahumano para los trabajadores, las trabajadoras, e incluso las mujeres de Qatar, se ven en condiciones peores, estando constantemente humilladas, despreciadas, y expuestas a todo tipo de violencias, desde los golpes, hasta violaciones y asesinatos.  

Entonces, volvemos a preguntar ¿El futbol no se debería relacionar con temas políticos?, con todo lo mencionado, se puede decir que la política está presente mucho antes de que salgan los jugadores a la cancha, y deja repercusiones mucho después del pitazo final de un partido. En este mundo globalizado, ya no basta indignarse con las injusticias de nuestros propios países; la avaricia y la crueldad trasciende las fronteras, y la opresión y resistencia nos une con más pueblos de lo que podemos imaginar. Con un toque de ironía, agradecemos a Qatar por mostrarnos que aún existe la maldad validada y la opulencia desmesurada, y mostrar que, como todo en esta vida, el futbol también está cargado de política.

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