Entre las banderas de lucha del cofundador del primer sindicato de Starbucks del mundo, también están el reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidados; pensiones mínimas iguales al “nuevo salario mínimo digno” y una democracia “radicalmente participativa”, con iniciativas populares de ley, plebiscitos, revocación de mandatos de representantes y descentralización.
Andrés Giordano Salazar tiene 34 años y para las elecciones de este 15 y 16 de mayo va como candidato independiente a la constituyente por la lista Apruebo Dignidad, en el distrito 8. Nació en Buenos Aires, de padre argentino y madre chilena, quienes se encontraron en Europa tras el exilio político de las dictaduras de sus respectivos países, y cuando Andrés tenía 3 años vinieron a vivir a Chile, a la comuna de Estación Central, donde aún vive, hoy junto a su compañera y su hijo.
El 2007, mientras estudiaba Arte con mención en Fotografía en la U. de Chile, entra a trabajar en Starbucks, y al poco tiempo decide, junto a otras y otros compañeros, organizar el primer Sindicato de Starbucks del mundo, presidiéndolo desde ese entonces -hoy suspendido por la candidatura-, dentro de una empresa condenada cinco veces por prácticas antisindicales en Chile, y donde representa a más de 750 trabajadores y trabajadoras, quienes en noviembre del año pasado fueron indemnizadas por la multinacional, tras la demanda que realizó el sindicato en su contra por aplicar, a inicios de la pandemia, la Ley de Protección del Empleo, iniciativa por la que Giordano interpeló en la calle a Ignacio Briones en enero de este año, cuando aún era ministro de Hacienda. Hoy también participa en el Movimiento No+AFP y es vocero de Primera Línea Sindical, que reúne a más de 35 sindicatos a lo largo del país.
Según su programa, en la nueva Constitución Andrés buscaría asegurar el “derecho de vivir dignamente, en un país plurinacional, con una democracia paritaria, garante del respeto a la diversidad de nuestro pueblo y libre de todo tipo de violencia y discriminación. Al trabajo digno y a una remuneración justa (salario mínimo), acorde a las necesidades socioeconómicas reales de una familia en Chile. El reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidados con un Sistema Nacional de Cuidados. El derecho a una jubilación digna, proveniente de un sistema de seguridad social solidario, financiado de forma tripartita y cuyo mínimo sea igual al nuevo salario mínimo digno”.
Asimismo, el “derecho a la salud, educación y vivienda dignas. Fin a la mercantilización de estos derechos básicos. El derecho a un cobro justo de los servicios básicos, calculado porcentualmente como una porción del salario mínimo. Derechos reproductivos y sexuales, y una educación sexual integral. Derecho a organizarse sindicalmente, negociar colectivamente y ejercer huelga. A un desarrollo sustentable, que preserve un medioambiente sano, nacionalice y proteja los recursos naturales como bienes de uso público. Indulto para quienes fueron detenidos durante las protestas sociales que posibilitaron el actual proceso constitucional. Y juicio, castigo y reparación a las víctimas de la represión del Estado y efectiva protección de los DD.HH”.
Giordano asegura que “las injusticias nos han empujado a movilizarnos y no delegar nuestra voz en políticos reciclados, en farándula o en personajes que no viven en nuestro distrito ni nuestra realidad. Me considero una alternativa desde la juventud que ha vivido la cara más latente de la precarización laboral y que rompió el miedo de unirse y frenar los abusos desde la organización. La constituyente necesita nuestros testimonios, porque hemos vivido las injusticias del modelo en carne propia, organizándonos para transformarlo; quiero estar allí para dar todas las peleas que se tengan que dar como lo he hecho por más de 10 años en nuestro sindicato”.
Para ver el detalle de sus propuestas, se puede ingresar a andresgiordano.cl.